Renault busca competir con precios de marcas chinas adoptando métodos de producción más eficientes
Los fabricantes de autos eléctricos chinos están desafiando a las marcas europeas, mientras Renault busca estrategias para competir en precio y producción.

Los fabricantes de autos eléctricos chinos, como BYD, están ganando rápidamente terreno en el mercado europeo, lo que ha generado preocupación entre las compañías automotrices tradicionales. Durante el reciente salón del automóvil de París, el CEO de Renault, Luca de Meo, abordó este tema, sugiriendo que la forma de competir mejor con los precios de las marcas chinas es adoptar métodos de producción más eficientes, similares a los que utilizan estas empresas.
De Meo afirmó que las compañías europeas han demostrado su capacidad para competir, pero destacó que, en lugar de buscar una “fórmula secreta”, como muchos ingenieros siguen intentando, lo que se necesita es el reutilizar componentes ya existentes. Esto, según de Meo, permitiría reducir costos y acercar el precio de las autos eléctricos europeos a los de las marcas chinas.
Un ejemplo de esta estrategia es la nueva Renault Twingo eléctrica, que se lanzará en 2026 con un precio inferior a 20 mil euros, buscando competir directamente con los precios de los vehículos producidos en China. Este modelo seguirá al lanzamiento de la nueva Renault 5 y se espera que demuestre la capacidad de Renault para adaptarse a un mercado en evolución.
A pesar de estos esfuerzos, de Meo también expresó preocupación por las ventajas competitivas que poseen las empresas chinas, que cuentan con un sistema de suministros más eficiente y mejor acceso a materias primas en comparación con las empresas europeas. Este aspecto podría ser crucial en la contienda por el dominio del mercado europeo.
Además, durante su intervención, de Meo y otros líderes de la industria, como el de BMW, hicieron un llamado a la Comisión Europea para que se retrasen los objetivos de emisiones para 2025, argumentando que la industria eléctrica se encuentra a medio camino de lograr esos objetivos. Este hecho incrementa el riesgo de recibir multas significativas para los fabricantes europeos que no logren cumplir con los estándares establecidos.
Finalmente, de Meo solicitó una revisión de la prohibición de los motores de combustión para 2035, señalando que en un contexto donde los consumidores siguen prefiriendo vehículos híbridos, esta modificación sería beneficiosa para la industria automotriz europea en su conjunto.