El Valencia CF enfrenta un verano de decisiones críticas ante la reconstrucción de su plantilla
El Valencia CF se asoma a un verano decisivo, con la urgencia de reconstruir una plantilla en crisis y enfrentar numerosos desafíos.

El futuro del Valencia CF se vislumbra incierto a medida que se acerca el final de la temporada. A solo seis semanas de concluir la Liga, el club enfrenta la urgente necesidad de reconstruir su plantilla, ya que solo 12 de sus 30 futbolistas bajo contrato tienen vínculo más allá de un año. Esta situación plantea un desafío significativo para la dirección deportiva, liderada por Miguel Ángel Corona, quien no cuenta con la autonomía necesaria para llevar a cabo operaciones relevantes que fortalezcan al equipo.
La situación económica del club es preocupante, con un valor de mercado que no supera los 100 millones de euros. Esta cifra resalta una alarmante pérdida de activos y una clara tendencia hacia la descapitalización. Ocho jugadores, entre ellos figuras clave como Giorgi Mamardashvili y Dimitri Foulquier, finalizarán su contrato el próximo 30 de junio, lo que significa que el Valencia podría perderlos sin obtener nada a cambio si no se inician negociaciones pronto.
Además, la dirección deportiva tendrá que explorar el mercado en busca de nuevos refuerzos para posiciones clave, particularmente en la portería y el lateral derecho. La situación se complica aún más al considerar que el único portero asegurado para la próxima temporada es Stole Dimitrievski, ya que otros, como Jaume Doménech, están cerca de terminar sus contratos. La venta de Mamardashvili a equipos como el Liverpool podría ser otra complicación, mientras que la continuidad de Foulquier en el lateral derecho también está en duda debido a la elevada competencia.
En el centro del campo, la situación de Enzo Barrenechea, quien se encuentra cedido sin opción de compra, representa un rompecabezas más para la directiva, ya que el Aston Villa no negociará su traspaso por menos de 8-9 millones de euros. Javi Guerra, otro jugador con potencial, también podría estar en la mira de otros clubes, complicando aún más la planificación de la plantilla.
El contexto es claro: el Valencia CF se enfrenta a un verano de decisiones difíciles y necesarios refuerzos, todo mientras la incertidumbre sobre la propiedad del club y su futuro en el fútbol español persiste. Sin un compromiso firme de la dirección actual, la reconstrucción del equipo se presenta como un desafío monumental.