Will Poulter habla sobre el precio de las transformaciones físicas en el cine
El episodio 3 de 'The Franchise' explora la presión física que enfrentan los actores de superhéroes, revelando métodos extremos y sus implicaciones en la salud.
El episodio 3 de la serie 'The Franchise' de HBO revela los intensos desafíos que enfrentan los actores de películas de superhéroes en cuanto a las exigencias físicas que deben cumplir. En este capítulo, se presenta el personaje de Adam, interpretado por Billy Magnussen, quien, a pesar de tener un buen estado físico, siente una presión abrumadora por alcanzar un ideal corporal extremo que él describe como "un refrigerador cargando un televisor".
Con la intención de lograr el cuerpo que considera adecuado para la pantalla, Adam no duda en inyectarse un medicamento destinado al engorde de ovejas, lo que plantea serias inquietudes sobre los métodos poco convencionales y legales que algunos actores pueden estar utilizando. La serie evoca conversaciones en torno al uso de sustancias para mejorar el rendimiento físico, con ejemplos notorios en la industria, como los casos de Chris Pratt y Kumail Nanjiani, quienes transformaron por completo sus cuerpos de comediantes a cuerpos musculosos para sus papeles en Marvel.
El Dr. Todd Schroeder, experto en pasantías clínicas en el área de Biocinología y Terapia Física, estima que entre el 50 y el 75% de los actores podrían estar utilizando drogas para mejorar su rendimiento al prepararse para sus roles. Aunque no hay evidencia concreta que evidencie que los actores de Marvel empleen estos fármacos, los rumores persisten, sugiriendo que las transformaciones espectaculares simplemente no se pueden conseguir de forma natural.
Will Poulter, quien interpretó a Adam Warlock en 'Guardians of the Galaxy Vol. 3', enfatiza la importancia de prioritizar la salud mental y física por encima de los objetivos estéticos. Señala que estas transformaciones no serían posibles sin el respaldo financiero de los estudios que cubren su alimentación y entrenamiento. "Estoy en una posición muy privilegiada a este respecto, y no recomendaría a nadie hacer lo que yo hice para prepararme para ese trabajo", comentó Poulter.
En definitiva, el fenómeno de la transformación física en la industria del cine plantea un eco sobre las expectativas poco realistas que se imponen a los actores y cómo estas pueden impactar no solo su salud física, sino también su bienestar mental. Las apariencias pueden ser engañosas, y lo que es una excepción para estas estrellas puede no ser posible para el público en general.