El rendimiento del equipo femenino del Llevant UD revela deficiencias tácticas y falta de inversión que limitan su crecimiento
La falta de inversión y una gestión limitada están afectando negativamente el rendimiento y el potencial del equipo femenino del Llevant UD.
El análisis del rendimiento del equipo femenino del Llevant UD revela una situación marcada por errores tácticos, mala suerte y falta de convicción tanto en las jugadoras como en la dirección técnica. La derrota reciente ante el Athletic Club por 1-0, que pudo haber sido un empate o incluso una victoria, se atribuye a fallos en la organización defensiva, falta de disciplina para mantener el orden en el campo y dificultades para controlar la posesión del balón bajo presión rival.
Las jugadoras, como Érika y Sintia Cabezas, tuvieron ocasiones claras de gol que no lograron concretar. Aunque podrían parecer falta de convicción, en realidad responden a una racha de mala suerte. La ausencia de una figura profesional que genere un compromiso sólido y fomente una identidad de juego es un problema visible en el club. Los propietarios no están dispuestos a realizar inversiones en fichajes o en una dirección técnica que provoque cambios profundos, lo que limita el potencial de crecimiento del fútbol femenino en la entidad.
Este desinterés por potenciar el equipo femenino contrasta con la insistencia de los dueños en organizar viajes en busca de inversores, en un intento por mantener la rentabilidad económica global del club. Sin una visión clara y con presupuestos austeros, el club gestiona el equipo como un negocio, donde las personas seguidoras son consideradas clientes en lugar de parte fundamental de la identidad del club.
La falta de inversión y de una estrategia definida afecta también a la disciplina y a la capacidad para recomponer líneas durante los partidos. Es urgente una visión vertical que dirija desde arriba y otorgue confianza en la estructura del equipo. Mientras tanto, la gestión actual, encabezada por técnicos como Emily Lima, Santi Triguero y Andrés París, ha mostrado cierta progresión ofensiva, aunque sigue siendo insuficiente para afrontar la competitividad del fútbol femenino a nivel europeo y nacional.
En conclusión, el club insiste en que sin una apuesta real y sin la incorporación de profesionales comprometidos, el equipo femenino permanecerá estancado, sin convicción suficiente para competir y lograr resultados que cambien su realidad. La comunidad y las personas seguidoras claman por un cambio que permita al equipo crecer en calidad, competir con los grandes y demostrar la verdadera valía del fútbol femenino del club, que hoy sigue luchando en medio de decisiones que priorizan la rentabilidad sobre la pasión y el compromiso deportivo.